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Disglosia: Causas, Riesgos y Soluciones

La disglosia es un trastorno del habla que afecta la pronunciación de las palabras debido a dificultades en la coordinación de los músculos utilizados en la articulación del habla, como la lengua, los labios y el paladar. A menudo, se asocia con diferencias en la forma en que se pronuncian los sonidos en comparación con la norma del habla. En este artículo, exploraremos qué es la disglosia, sus causas, los factores de riesgo y las opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué es la disglosia?

La disglosia es un trastorno del habla que afecta la forma en que se producen los sonidos del habla. Puede manifestarse de diversas maneras, y los síntomas pueden variar desde dificultades leves en la pronunciación hasta discapacidades más graves en el habla. Las personas con disglosia pueden tener problemas para articular los sonidos correctamente, lo que puede hacer que su habla sea ininteligible para los demás en algunos casos.

¿Por qué se produce la disglosia?

Las causas de la disglosia pueden ser diversas y a menudo están relacionadas con problemas en el desarrollo del habla y el lenguaje. Algunas de las causas más comunes incluyen:

1. Anomalías físicas:

Las malformaciones en los órganos del habla, como el paladar hendido, labio leporino o frenillo lingual corto pueden causar disglosia. Estas condiciones afectan la estructura física de la boca y pueden interferir en la producción de sonidos.

2. Dificultades neuromusculares:

Problemas en el sistema neuromuscular que controla los movimientos de la lengua, labios y otros órganos del habla pueden llevar a la disglosia.

3. Factores genéticos:

La predisposición genética también puede influir en la aparición de la disglosia. Por ejemplo macroglosia (lengua muy grande) en algunos síndromes como es el síndrome de Down.

¿Hay factores de riesgo para que se produzca la disglosia?

Si bien la disglosia puede ocurrir en cualquier persona, existen algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de su desarrollo, incluyendo:

  1. Historia familiar: Si hay antecedentes de disglosia u otros trastornos del habla en la familia, el riesgo puede ser mayor.
  2. Problemas de salud durante el embarazo: Exposición a factores ambientales o infecciones durante el embarazo puede aumentar el riesgo de disglosia en el bebé.
  3. Prematuridad: Los bebés prematuros tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar disglosia.

¿Cómo se trata la disglosia?

El tratamiento de la disglosia depende de la causa subyacente y la gravedad del trastorno. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • Terapia del habla: La terapia del habla es una intervención fundamental para tratar la disglosia. Un terapeuta del habla trabajará con el individuo para mejorar la pronunciación de los sonidos y la coordinación de los músculos del habla.
  • Cirugía: En casos de disglosia causada por malformaciones físicas, la cirugía reconstructiva puede ser necesaria para corregir los problemas estructurales.
  • Apoyo educativo: En situaciones donde la disglosia se asocia con trastornos del desarrollo, se puede brindar apoyo educativo especializado.

Es importante señalar que cuanto antes se identifique y se aborde la disglosia, mejores serán los resultados del tratamiento. El trabajo conjunto de profesionales de la salud, terapeutas del habla y educadores puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas afectadas por este trastorno del habla.

¿Qué pueden hacer los padres si su hijo/a tiene disglosia?

  1. Búsqueda de Atención Profesional: Busca la evaluación de un patólogo del habla y del lenguaje o un terapeuta del habla para obtener un diagnóstico preciso y orientación sobre cómo abordar la disglosia de tu hijo.
  2. Comunicación Abierta: Fomenta un ambiente de comunicación abierto en casa. Anima a tu hijo a hablar y expresarse, sin importar las dificultades que pueda enfrentar en la pronunciación.
  3. Paciencia y Apoyo: Sé paciente y comprensivo. La disglosia puede ser frustrante para los niños. Ofrece apoyo emocional y refuerza la autoestima de tu hijo.
  4. Sesiones de Terapia Regulares: Programa sesiones regulares de terapia del habla con un terapeuta especializado. La consistencia es clave para mejorar la pronunciación.
  5. Practicar en Casa: El terapeuta del habla proporcionará ejercicios específicos para realizar en casa. Asegúrate de que tu hijo practique regularmente, pero de una manera divertida y sin presión.
  6. Refuerzo Positivo: Elogia el esfuerzo de tu hijo y celebra los logros, por pequeños que sean. El refuerzo positivo puede motivar y fortalecer la autoconfianza.
  7. Escucha Activa: Escucha atentamente a tu hijo cuando hable. Esto no solo muestra tu interés, sino que también ayuda a identificar las áreas que necesitan más trabajo.
  8. Promover la Socialización: Fomenta la interacción social de tu hijo. Participar en actividades con otros niños puede ser beneficioso para el desarrollo del habla y la autoestima.
  9. Educación: Aprende sobre la disglosia y cómo puedes ayudar a tu hijo. Cuanto más comprendas la afección, mejor podrás apoyar su progreso.
  10. Participación Activa en la Terapia: Acompaña a tu hijo a las sesiones de terapia y trabaja en estrecha colaboración con el terapeuta para aplicar las estrategias en casa.
  11. Red de Apoyo: Únete a grupos de apoyo o comunidades en línea de padres que enfrentan desafíos similares. Compartir experiencias y consejos puede ser reconfortante.

Conclusión:

En resumen, la disglosia es un trastorno del habla que afecta la pronunciación de los sonidos del habla debido a dificultades en la coordinación de los músculos del habla. Las causas pueden variar, al igual que los factores de riesgo, pero con el tratamiento adecuado, muchas personas pueden mejorar significativamente su habilidad de comunicación y calidad de vida. Si sospechas que tú o alguien que conoces puede tener disglosia, es importante buscar la evaluación y el tratamiento de profesionales de la salud.

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